Nuestro lema es "el derecho a sentir el viento en la cara", y nuestros principios son la narración, la generosidad, la lentitud, las relaciones y lo atemporal. Ahora todos hemos experimentado los efectos del aislamiento y queremos aprovechar esta oportunidad para crear comunidades que den la bienvenida a personas de todas las edades y habilidades, alentando y priorizando la formación de nuevas relaciones. La buena noticia es que podemos hacer esto sin comprometer la salud de los voluntarios y beneficiarios. Creemos en el derecho a sentir el viento en la cara, el derecho a experimentar la ciudad y la naturaleza de cerca desde el triciclo y la oportunidad de contar nuestras historias en el entorno en el que vivimos nuestras vidas. Así construimos puentes entre generaciones y reforzamos la confianza, el respeto y el aglutinante social en nuestra sociedad. A diferencia de muchas otras actividades centradas en la recreación para los adultos mayores, emprender un viaje de aventuras juntos ofrece una experiencia de la vida real y revitaliza nuestro apetito por la vida y las nuevas experiencias. Funciona, es divertido y hay demanda, ¿de qué otra manera 33.000 voluntarios en 50 países darían paseos en sus comunidades todos los días?